¿Qué es lo que ocurre cuando nunca alcanzas esa luz?
Corres, hasta que no te quedan fuerzas, pero el túnel cada vez es más largo y los problemas cada vez más graves.
Entonces nunca llegas a esa luz, a ese rayo de esperanza.
Y tu última oportunidad de ser feliz y de salir de tu tristeza se esfuma.
La luz no te va a estar esperando siempre.
La luz llega te hace feliz una temporada y se va.
La luz se acaba cansando de escuchar tus gritos en el túnel.
La luz decide que ella no es la encargada de sacarte de ahí.
La luz te abandona.
Lo que le pasa a la luz es que no se da cuenta de que cada vez que te quedas solo en el túnel no sabes hacia que lado caminar, los problemas se hacen más grandes y tus ganas de enfrentarlos disminuyen.
Te ahogas en tu propio llanto, y le gritas a la nada el porque de tu soledad.
¿Porqué la única cosa que te hacía seguir ha decidido abandonarte con el corazón roto y el alma hecha trizas?
Pues porque la luz también tiene derecho de encontrar otra luz que la haga brillar.
